La historia de Apolo, el primer perro detector de hipoglucemia de Andalucía

El trabajo de la asociación ISARA ha hecho posible que uno de tantos perros abandonados, rescatado y entrenado como perro de alerta médica, ayude a una adolescente de 15 años que padece diabetes en su día a día.

ISARA es una asociación sin ánimo de lucro que crea segundas oportunidades para perros abandonados y tiene sus instalaciones principales en Alcalá de Guadaíra. Pero no se limitan a buscar una familia a estos perros. Se proponen dar una nueva vida a perros como Apolo, entrenado recientemente con éxito como el primer perro detector de hipoglucemia de Andalucía. Apolo fue un perro abandonado, como tantos que provienen de camadas indeseadas, rescatado por la asociación.

Apolo es un mestizo de labrador y podenco. Estuvo abandonado junto a sus hermanos y hermanas en un campo, pasando frío y calamidades y comiendo de lo poco que encontraba. Es un perro negro y mestizo, que por sus características habría tenido muy difícil la adopción. Sin embargo, su historia cambió cuando su situación fue conocida por la asociación y ésta acudió para acogerlo. Tanto a Apolo como a sus hermanos les esperarían nuevas familias con la mayor de las ilusiones. A día de hoy todos ellos disfrutan del calor de un hogar.

perro de alerta médica

La asociación puso en marcha la rehabilitación y educación de Apolo en las instalaciones de su hotel canino. Apolo comenzó con adiestramiento en obediencia, normas de convivencia, vínculo y sobre todo detección, que iba a ser su tarea en su nuevo hogar. Tras meses de entrenamiento en el centro ISARA, Apolo adquirió los conocimientos que le servirían para salvar la vida de Natalia.

Ahora vive con Natalia, una adolescente de 15 años, y su familia, dejando atrás los días de frío y desamparo. Natalia padece diabetes tipo 1, malformación de Chiari tipo 1, hipotonía muscular y descoordinación visomotora. Apolo detecta con antelación la bajada de los niveles de glucosa en sangre, avisando a Natalia y a su familia, para que tome algún alimento y de esta manera evite el uso de la medicación. Así, reduce el sobresfuerzo que tiene que realizar el organismo debido a los cambios en el nivel de glucosa y la posibilidad de entrar en estado de coma. Natalia no ha vuelto a desmayarse desde que Apolo forma parte de su vida.

Como relatan en la asociación, los padres de Natalia han empezado a vivir con más tranquilidad desde que cuentan con la ayuda de este perro de alerta médica. Contar con un perro de alerta médica aumenta la calidad de vida del usuario porque, al mantener los niveles estables, los órganos no se ven afectados por estos continuos picos de glucosa. Disminuye casi a cero el número de veces que la persona tiene que pincharse para tomarse los niveles. Del mismo modo, genera seguridad en el usuario, que deriva en el aumento de la autoestima y la autonomía, pudiendo enfrentarse solo a situaciones en las que antes necesitaba la ayuda de un tercero.

perro alerta médica

Apolo vino al mundo formando parte de una de tantas camadas indeseadas que son abandonadas a su suerte. El equipo de la asociación se siente comprometido en la lucha contra el maltrato y abandono animal, por lo cual acudieron a buscar a Apolo en cuanto supieron del caso. «Queremos que, como Apolo, todos nuestros perros de asistencia o perros de alerta médica sean perros en situación precaria, abandonados o maltratados, perros que se vuelven invisibles a los ojos de la sociedad. Queremos devolverles la confianza que perdieron, queremos darles el sitio y amor que merecen, que tengan un objetivo en la vida y que cada historia tenga un final feliz», nos cuentan desde la asociación.

En su web ofrecen más información sobre su actividad de adiestramiento y muestran su compromiso de llevar la ayuda de los perros de asistencia a familias con pocos recursos. También en su página de Facebook informan de la actividad de la asociación ISARA e invitan a colaborar con el proyecto. El propósito es que la historia de Natalia y Apolo sea sólo la primera de muchas historias de éxito.